La tos puede llegar a ser una tortura
Dicen que las desgracias nunca vienen solas, y en el caso de los mocos es muy fácil que vengan de la mano de nuestra querida tos. La tos puede llegar a ser una tortura. En primer lugar porque aunque tú estés muy tranquila con la tos de tu hijo, siempre habrá otra mamá, abuela, e incluso cualquier desconocido en el autobús, que cuando lo oiga toser exclame con cara de horror «¡vaya tos!, ¿estará tomando algo no?». Y tú que estás aguantando estoicamente este nuevo catarro, pones cara de poker...