TURISMO

Entrevista a Rubén Garrido

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Rubén Garrido

Hemos hablado con Rubén Garrido sobre su trayectoria como historietista e ilustrador por su indudable aportación al desarrollo de este arte en nuestra ciudad. Os dejamos una introducción a su trabajo y su visión sobre la pedagogía, el arte y la historieta en nuestra ciudad.

Rubén estudió en la Escuela de Artes y oficios de Granada y mientras tanto hacía sus primeros pinitos como historietista en “un equipo andaluz de tebeos (fd)” con José Tito a la cabeza, y por medio de él entra en contacto con el grupo de la escuela infantil Arlequín.
Ya por entonces dibujaba a sus niños y los usaba para folletos y carteles sobre la infancia (tiras salud, programas de salud escolar, cartilla del niño, Patronato Municipal de Escuelas Infantiles de Granada,…).

Tira para la revista «Salud». Rubén Garrido

En los años 80 diseña la revista «Colaboración» y publica las tiras de «El gato» (en guías del ocio de Granada y en La granada de papel) y «Madriz», y dirige la revista «Don Pablito» y «La tapadera».
Ilustra libros para Santillana, Bruño, SM y editoriales andaluzas. Publica el libro «Así veo el tebeo» que recoge historietas realizadas por él hasta la fecha como «El Pirata», donde realiza historietas sin figuración partiendo de sus historietas de los 70.

En los 90 comienza en el audiovisual haciendo guiones y stories («Un matrimonio bien avenido», «Un paseo muy romántico») y trabaja en la serie de animación Cuttlas. Para la misma productora de Cuttlas dirige su corto «Entrepiernas», capítulo piloto de una futura serie que no fructificó.

Desde entonces, aparte de su trabajo como ilustrador, sigue impartiendo talleres sobre historieta y sobre otros medios en los que ha ido trabajando como profesional: audiovisual, publicidad, diseño y por supuesto plástica en general (con Talleres Animados junto a Inma Rodríguez).

Queremos anticiparos que en breve Rubén Garrido va a comenzar una sección en MiniGranada con la que descubriréis unos niños muy interesantes…

¿Cómo comienza tu pasión por el tebeo?

La verdad es que no sé porqué me dedico a hacer historietas. En mi casa había tebeos y era lo que tenía más a mano. Me hubiese gustado más ser bailarín, por ejemplo, pero no estaba el horno para esos bollos en aquella época, ¿no? Pero esta era una cosa que podía hacer yo sin recurrir a nadie y empecé por ahí. Mis padres nos compraban historietas, y mi hermano mayor Julián era el que las ordenaba, las guardaba…

Yo no soy un dibujante nato, yo era muy malo, pero empecé a copiar a otros dibujantes, y así… pero no hubo un momento, fue una evolución.

«El método pedagógico infantil está resuelto.»

Cuando estudiabas Artes y Oficios participaste en muchos proyectos locales como ilustrador, entre los que me gustaría destacar «Mi amigo el miedo» o «El tranvía de la Sierra». ¿Cómo funcionaba el tebeo en esta época? ¿Era un mejor momento que ahora?

Ahora evidentemente es mucho mejor, tenemos más información, más acceso a todo… Entonces, interesados por la historieta en Granada no había nadie, no se editaban historietas, y tampoco conocíamos a nadie.
Pero si había alguien, evidentemente… entramos en contacto con Pepe Tito, que era un interesado por la hitorieta y fueron apareciendo algunos otros, Fernando Guijarro, Carlos Hernández… Y ahí nos juntamos unos cuantos.

Mi amigo el miedo

Recuerdo con mucho cariño el tranvía-biblioteca del Salón. Yo era pequeña en esa época y mis padres me llevaban mucho. ¿Sabes cómo surgió este proyecto y porqué desapareció?

El tranvía de la Sierra

Yo hice el cuadernito de «El tranvía de la Sierra», que era para dar a conocer al público la existencia de esa oferta nueva que había, que era que habían cogido el tranvía de la Sierra, lo habían aparcado en el Paseo del Salón y se había convertido en una biblioteca infantil. Hice ese cuadernito por medio de Antonio Fernández. Él inició con otra gente en Granada lo que hoy conocemos como «Escuelas Infantiles». Fueron los primeros en abandonar definitivamente el nombre de «guarderías» y empezaron la «educación infantil». Y con el tiempo, Antonio Fernández llegó a ser el primer director de Patronato de Escuelas Infantiles. Y es en esa época cuando me parece que surge el tranvía, y es uno más de los trabajos que yo hice sobre la infancia por medio del Patronato y lo que había anteriormente, que eran un par de escuelas infantiles privadas que luego fueron absorbidas por el Patronato hasta que aquello tomó forma.

Pero en un tiempo se politiza y entonces se dejan de tomar medidas pedagógicas y se toman medidas políticas. Aun así, evidentemente esta gente es la que ha dado en el clavo con la educación infantil. Yo opino que la educación infantil está estudiada y arreglada, otra cosa es que se aplique, pero está hecho. El método pedagógico infantil está resuelto, porque todos los padres ven cómo los niños que están en esas escuelas (Escuelas Infantiles Municipales de Granada, que actualmente gestiona la Fundación Granada Educa), salen todos con un desparpajo y una facilidad que generalmente no se tiene en el resto de escuelas.

El tranvía de la Sierra, que dependía del Patronato de Escuelas Infantiles, creo que terminó porque lo asaltaron varias veces, lo rompían… lo destrozaron una vez, lo arreglaron, y acabó desapareciendo…

El tranvía de la Sierra

El tranvía de la Sierra

«Los niños de hoy día ya no leen historietas, pero les gustan.»

Con 14 años Rubén Garrido crea «El fantasma de la Ópera», dibujando a los hijos de sus vecinos, Eduardo Pablo y Juan José para entretenerlos, y así surgen la línea de «mis niños».

Dices siempre que «dibujabas mucho a tus niños». ¿Quiénes son tus niños?

Llamo «Mis niños», familiar y cariñosamente a los dibujos que yo hago de los niños. Son mis niños. Yo ya dibujaba a mis niños desde pequeñito, es más, la primera historieta que yo hice, que se puede decir que «había hecho algo», fue con los niños, porque eran muy fáciles de dibujar. Eran unas bolitas de cabeza y unos cuerpos muy fáciles, y como yo no era un dibujante, a mi aquello me permitía contar mis historias.

Cuando empecé con estos niños, hacían aventuras (me inspiré en los hijos de mis vecinos), ahora ya no hacen aventuras, la aventura es mental, en otro plano.

Yo a mis niños nunca los he abandonado, siempre les he tenido mucho cariño y siempre me han acompañado en todo mi trabajo. Yo he hecho otras cosas, con otros estilo y conceptos, pero los niños siempre se han mantenido. Es lo único que he conseguido no agotar, porque ellos me pueden. Mis niños me pueden.

Me han ido acompañando durante todo el tiempo y han ido evolucionando visualmente muchísimo, y luego les he añadido unos hermanitos, las pulgas.

¿Ves cambios en las respuestas de los niños y niñas a los que enseñas desde que empezaste hasta ahora? ¿Ven ellos el tebeo de forma diferente por el cambio de época?

Con respecto a la historieta, los niños de hoy día ya no leen historietas, pero les gustan. Cuando doy clase a niños veo que les gusta. Por ejemplo, todos los niños saben lo que es un «bocadillo», porque se sigue utlizando en el lenguaje visual en general, sobre todo en publicidad.
Pero ya no tienen la relación con la historieta que se tenía antes. Esto no viene de ahora… recuerdo que di un taller en Madrid en el año 96 en Juvenalia, y es cuando yo me dí cuenta de que la cosa estaba cambiando. Le enseñé a un niño «Rompetechos» y dijo: «¿Y esto qué es?», y de pronto veo a Rompetechos como un dibujo rarísimo, con unos pelos por aquí… y ya detectas que la relación que había con la historieta por parte de niños y adultos ha cambiado.

Pero sigue interesando… a los niños les gusta hacer una historieta. Y también les gusta por ejemplo hacer una revista. Es curioso porque la revista hoy día no está presente como antiguamente. Pero cuando en algún taller decimos de hacer una revista votan como locos… «¡Una revista!, ¡una revista!, ¡sí, sí!»… Les gusta, les gusta eso.

¿Tu tebeo favorito?

Español «Cristina y sus amigas» de Cuyás. Es un dibujante y un narrador excepcional. No copia de otras historietas, hace su versión de las cosas.
A nivel internacional «Mort Cinder» de Breccia. Breccia es, como todos los argentinos importantes, de Uruguay. Este uruguayo vivió en Buenos Aires y con él la historieta llega a un culmen donde abandona los estándares del dibujo y la narración clásica, haciendo algo nuevo y elevando el nivel visual de la historieta. Frank Miller dice: «Con Breccia empezó todo».

¿Y un tebeo infantil que te llame la atención?

¿Aparte de lo mio? (risas).
En español… ¿Super López es infantil? Infantil no hay mucho… «La pandilla Cu-Cux-Plaf» de Schmidt.

A finales de los 80 entras en el mundo audiovisual de la mano de Inma Rodríguez. ¿Cómo fue el inicio de esta relación profesional que tan bien ha funcionado?

Inma y Rubén

Inma hacía maquetas y reproducía fotos en miniatura. Le dio por hacer animación con sus muñecos de plastilina y hacían falta guiones, hacían falta stories… Y ahí empecé a ayudarla y a tener mi relación con el audiovisual, pero en ese momento no sabíamos como se hacía nada…

Luego en el 96 estuve trabajando en la serie de animación Cuttlas, y también en ese año dirgí una audiovisual llamado «Entrepiernas» donde volvemos a encontrar a «mis niños», ya con sus hermanitos. Y en esa época despejé mis dudas, aprendí definitivamente a hacer un story-board, y entonces con ese conocimiento seguí trabajando con Inma.

«Los niños recurren al dibujo porque es innato, es el mundo de los sentidos, pero si no se aprende perspectiva hay un 99,9% de posibilidades de que el niño abandone.»

Cuéntanos más sobre «Entrepiernas» (luego renombrado a «Entreniños»).

Cartel para el Patronato de Escuelas infantiles de Granada.

En «mis niños», que primero se llamaron «Entrepiernas» porque iban entre las piernas de los adultos (eso ya no se ve con el tiempo, ya no se ven ni siquiera las piernas de los adultos), solo hay niños, es un mundo de niños, y además no utilizan las referencias del mundo actual, porque están fuera de ellas.

Nunca hay protagonistas, no hay una personalidad de cada niño ni una pandilla, no se dice nunca un nombre propio. El protagonista es la infancia, son las ocurrencias infantiles, y yo defino a mis niños como un divertimento sobre el mundo de la infancia. El humor adulto 100% lo hacen los niños, si definimos humor adulto como el que solo entienden los adultos y no entienden los niños (risas), porque nosotros nos reímos de sus ocurrencias pero ellos dicen «¿por qué se ríen?».

Una diferencia entre los niños de ahora y los de antes es que antes los niños no se relacionaban con los adultos, estaban en su mundo apartado. Hoy día los niños está continuamente escuchando a los adultos y por eso los escuchamos decir cosas tan «resabidas» (risas), porque son continuamente espectadores del mundo adulto. Y mis niños repiten también las cosas de los adultos, pero siempre desde la óptica infantil.

Reproducción de una niña de Entreniños por Inma Rodríguez.

Otra cosas que tienen mis niños es que nunca se tienen que arrepentir de nada. En las historias normalmente pasa algo, hay un problema, y al final los personajes se redimen, se arreglan, porque han cometido un error… como en Los Simpsons, que terminan abrazándose. En el mundo de mis niños no existe esta redención final, ellos simplemente actúan.

Cuando hicimos el audiovisual fue algo complicado, porque tuvimos que pasar el mundo de papel al animado… sobre todo con las voces. Las voces siempre defraudan, y es lógico porque los personajes de historieta no hablan. Nosotros mentalmente les ponemos una voz, que no sabemos ni definir… Al final decidí ponerle voces de niños de verdad, no de adultos.
Otra característica que tiene la serie es que la música, que está hecha por Jesús Auñón, está hecha por instrumentos de juguete.

Entreniños va dirigido a todas las edades, es para público familiar, porque un adulto lo lee de una manera y un niño lo lee de otra. Las editoriales siempre quieren acotarlo a un margen de edad, buscarle un target, y esto me llama la atención, porque el éxito de Walt Disney es que hace productos para todos los públicos.

Entreniños. «Esto si que es divertido – 1».

¿Cómo surge la idea de Talleres Animados?

Talleres Animados lo comienza Inma en el 2008 haciendo audiovisual para niños. Yo me enganché cuando llevaba un año y me gustó mucho lo que estaba haciendo Inma. Entonces empezamos y fuimos añadiéndole cosas a la linea audiovisual, como el dibujo, la historieta, una revista, los pop-ups, (que le gusta mucho a los niños la papiroflexia).

Con el dibujo dibujamos normalmente en función de hacer algo. Pues vamos a hacer unas tarjetas, o vamos a hacer un calendario. Que no sea solo el dibujo, aunque a veces también lo hacemos, dibujar por dibujar, pero solemos aplicarlo a otras cosas.

En el dibujo, a los niños desde 6-7 años los empezamos a introducir en la perspectiva. Dicen que los niños abandonan el dibujo. No, son los adultos los que abandonan a los niños. No les dan las herramientas apropiadas a los niños para que el dibujo tenga sentido más allá de la infancia.

Colaboración de Rubén Garrido ara la ruta Exploradores por el Realejo que organizamos en mayo de este año.

Se aprende a dibujar en ese entorno de la perspectiva, y esto es lo que hay que hacer con los niños a partir de cierta edad, (unas veces será 5, otras 8, no lo sé), pero generalmente a la salida de la escuela infantil, cuando el niño empieza a conocer el mundo de las normas. Aprender una norma sería conseguir reflejar en el papel el mundo real. Ese mundo que les rodea, que cada vez van conociendo más y en el dibujo también tiene que ser parte de ese conocimiento: las distancias, lo grande, lo chico, lo cerca, lo lejos. Y eso se hace con la perspectiva.

Los niños recurren al dibujo porque es innato, es el mundo de los sentidos, pero si no se aprende perspectiva hay un 99,9% de posibilidades de que el niño abandone, porque un niño con 9 años no quiere hacer un dibujo con manchurrones de colores, y solo sabe hacer eso… Porque le da verguenza, no le interesan las mariposas de colorines, le interesa el realismo. Dicen «es una pena que los niños pierdan la creatividad infantil». ¡No!, la pena es que cercenemos a los niños y los queramos mantener en un mundo que ellos no quieren. Ellos no quieren ni ver los dibujos que hacían de pequeños… Un niño con 9 años, si solo sabe escribir «mi mamá me mima», abandona. Entonces ¿qué pasa si solo sabe dibujar el suelo, el árbol, la casa y la mariposa…? Al salir de la infancia lo que quieren conseguir en el papel es lo que nosotros hacemos con ellos: un armario lleno de cajones, y uno de ellos está abierto y dentro del cajón se ven cosas… que parezca que puedes meter la mano… Pero como eso no se hace ni se reflexiona lo que se dice es: «Han perdido la creatividad». Pero no han perdido nada.

«Mis niños me han ido acompañando durante todo el tiempo y han ido evolucionando visualmente muchísimo, y luego les he añadido unos hermanitos, las pulgas.»

¿Cómo funciona un taller de cine con los niños? ¿Cómo les enseñas a ver?

Es complicado porque los niños quieren hacer cosas inmediatas…
Entre todos nos inventamos una historia, elegimos una técnica («Con plastilina, ¡no! con papelitos…») y les decimos que de la historia hay que hacer un story. Explicar con dibujitos en un papel lo que va a pasar en la historia para que luego a la hora de grabarla no nos hagamos un lío. El story unas veces lo dibujan ellos, otras les ayudamos nosotros, y luego viene el preparar los decorados. Que vean claro que una cosa es el decorado y otra el personaje que se mueve sobre el decorado. Los tenemos que preparar en sitios distintos.

Preparar el escenario, mirar por la cámara… A todos les gusta mirar por la cámara («¿A ver cómo queda?»).

Siempre tenemos muy en cuenta los títulos y créditos. Que se vayan dando cuenta de que estos no se hacen en el últimos momento para poner un parche. No, son otra oportunidad para que ellos hagan también algo… una animación o un dibujo, y que tenga cierta relación con toda la película. Que hay que ponerle un principio y un final.

Tiene que saber que hay que elegir una música, que se pueden poner efectos de sonido…

¿Qué estás haciendo últimamente?

Lo último que he hecho ha sido adaptar a la historieta tres cuentos de la Alhambra de Washington Irving. Hacía mucho que no hacía historietas tan largas. Yo siempre estoy haciendo historietas, pero cortitas, una paginita… Pero enfrentarte con tres cuentos de la Alhambra que al final suman 30 o 40 página hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Esto fue un encargo de una editorial que se llama Edilux, y es un producto de historietas que va dirigido al público general y sobre todo al turismo, no solo al lector de historietas.
Se ha editado en 6 idiomas y se está vendiendo aquí en Granada.

También hago pequeñas pildoritas de historietas que voy publicando en mi blog, algunos encargos de diseño, de ilustración (como el calendario de 2016 del Museo de San Juan de Dios)…

También con Talleres Animados hemos hecho calendarios y tarjetas animadas pop-up de semana santa o el sacromonte como productos para la venta y algún video que nos encargan de publicidad.

¿El lugar de Granada que más te inspira?

Lago del Carmen de los Mártires

El Carmen de los Mártires. Allí iba de pequeñito con mi familia, y era algo muy nuestro. Y siempre que venía alguna visita nosotros lo llevábamos al Carmen de los Mártires, y nos encantaba enseñarlo. Estábamos enamorados del Carmen de los Mártires… y cuando llegábamos al lago con los patos y la torre ya era de morirte. Y el puente, los pavos reales… Yo siempre que un turista me pregunta por la calle le digo que tiene que ver el Carmen de los Mártires, el Carmen de la Victoria y la Fundación Rodríguez Acosta. Son tres sitios que siempre tengo en la cabeza y nos se suelen ver.

¿Colocao o Nesquik?

Colacao. Aunque ya lo he abandonado, porque era un vicio demasiado fuerte y no puede ser. Pero claro que sí, colacao. Me encanta. Con leche fría, con leche caliente, con mucho colacao, con poco colacao, con más azúcar… Colacao, colacao…

Web de Rubén Garrido:

rubengg.com

Blog Rubén Garrido:

rubengg.blogspot.com

Más cosillas de Rubén Garrido:

Manual de la historieta (para niños) Aprender a ver Taller de cine para niños