La llegada del buen tiempo es el momento propicio para quitarle los pañales a nuestros nanos. No debemos obsesionarnos, nuestro nano tiene que estar preparado para dar este paso.
Lo idóneo es que el niño/a sepa ir al wáter solo hacia los dos años. El desarrollo físico que permite a tu nano controlar los esfínteres tiene lugar aproximadamente a los 18 meses, pero no toma conciencia de la necesidad de ir al wáter pasado un año más o menos.
¿Cómo saber que ha llegado el momento de desprendernos de los pañales?
- Nuestro hijo/a empieza a notar que algo está a punto de suceder, puede que nos lo comunique unos segundos antes o incluso mientras lo está haciendo. Éste hecho es una señal importante que precede al cambio de hábitos.
- Si nuestro nano se pone nervioso cuando tiene el pañal sucio y te lo hace saber de algún modo ha llegado el momento del cambio.
- Comprueba que permanece seco durante dos o más horas seguidas, no querer llevar pañales e ir al baño a la misma hora todos los días.
- Examinar los pañales. Cuando se echa la siesta, valorar la cantidad de líquido que ha ingerido y lo mojado que estén los pañales. Si el pañal dura seco y limpio más tiempo, es una señal de que nuestro nano está llegando al control voluntario de sus necesidades biológicas.
- No mojar el pañal durante la noche es la última fase para el cambio.
Enseñar a nuestro nano a ir al wáter:
- El orinal es el lugar más seguro para que nuestro nano aprenda a controlar sus necesidades. En el wáter estará incómodo, ya que se sentará con los pies colgando muy por encima del suelo y atrapado en un asiento mucho más grande y más ancho que su culete. A muchos niños les asusta el sonido de la cisterna cuando se acciona, sobre todo si están sentados en el wáter. Implicarlo en la compra del orinal, que lo vea como algo natural, que elija él el que le guste, así lo motivaremos.
- Aprender a detectar los indicios de que nuestro hijo/a necesita ir al baño. Por ejemplo, el que apriete la entrepierna puede ser una pista.
- Durante el período de aprendizaje, no debemos ponerle ropa complicada. Los vestidos y los pantalones con cintura elástica que pueden bajarse rápidamente son mejores que los monos con botones, correas o cremalleras.
- Anota mentalmente la cantidad de líquido que le das a tu nano a lo largo del día.
- Explicarle cómo se siente cuando tiene ganas de ir al baño: “¿Te lo notas en la barriguita?”, presiónate la parte inferior del abdomen para mostrarle de qué hablas. No es necesario ser demasiado gráfico. Tenemos que intentar que entienda la conexión que hay entre la sensación y lo que ocurre después (aprendizaje causa-consecuencia).
- Cuando haga pipi o caca en el wáter, felicítalo. El control de las necesidades fisiológicas se basa en el elogio y la aprobación (refuerzo positivo).
- “¿Quieres hacer pipi?”. Repíteselo una y otra vez.
- Tener el orinal siempre a mano, sin ponerlo delante del televisor o de las Tablet, pues se convertiría en un asiento y nuestro nano perderá la concentración y el mensaje le pasará inadvertido. Cuando el nano empiece a hacerlo bien, dejar el orinal en el baño, que es donde debe estar.
- Animar a nuestro nano acompañándolo al baño.
- Si nos pide intimidad, dársela.
- Cuando empiece a aprender hay que exponerlo a diversas situaciones. No encerrarnos en casa durante la semana o semanas que dure el aprendizaje. Llevar el orinal de viaje.
- Antes de salir decirle que haga pis.
- Ser constante es fundamental. No volver a ponerle el pañal para evitar el trastorno que acarrea el estar pendiente de él/ella en situaciones poco cotidianas (pasar el fin de semana fuera de casa).
- Debemos tener calma y serenidad. No hay que precipitar las cosas.
Por último os mostramos una imagen de Una mamá diseñadora con los imprescindibles que debéis llevar en este proceso de cambio.
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Cristina Carmona Espinosa
Psicóloga de la Clínica Infantil NANOS.