FORMACIÓN

Cocina para niñ@s

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Para seguir educando a nuestros pequeños en materia de alimentación, puede resultarnos de utilidad este extracto del libro “Vive sano: Hábitos de salud y nutrición desde la escuela”, del Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con el periódico Escuela.

Transmitir nuevos sabores de forma divertida

Foto: John Jay Glenn

Con los niños es importante crear un entorno agradable para que el sabor de los nuevos alimentos vaya entrando poco a poco, de forma natural, una manera de transmitir nuevos productos de forma divertida y amena para ellos.

Importante y destacable es el interés por hacer que la cocina vuelva a ser el espacio centralizador de la vida social de los hogares. Consideramos que es muy importante recuperar la cocina como un espacio dentro de la casa en el que los niños pueden familiarizarse con los alimentos y fortalecer la relación con sus padres. En este sentido es interesante actividades de formación y prácticas como los talleres de cocina con un chef. Las recetas que los niños aprenden se pueden poner fácilmente en práctica en sus casas y así acostumbrarse a ser pinches de cocina junto a sus padres.

Esta “socialización” del niño constituye una gran ventaja dado que, en estas edades, muchos de ellos presentan grandes cambios en su alimentación, pasando de no tomar algunas frutas y verduras a ser grandes aficionados a ellas, simplemente por el hecho de cambiar la forma de preparación (gratinadas, mezclas de colores, zumo, puré o ensaladas) o de servirlas (cortadas con formas y tamaños diferentes), o porque su amigo o hermano también las comen o, simplemente, porque es un nuevo “juego” que nos hemos inventado y en el que deberíamos participar todos a la hora de la comida.

Nos parece importante enseñar el proceso, la cocción de los alimentos y su elaboración porque, con ello, acaban comiendo de todo.

– Descubrir los nuevos sabores: variar los colores y los modos de preparación y presentación, servirlas como primer plato y por separado, cuando los niños están con más hambre, cambiar la estructura de las comidas, servir los cereales, las hortalizas y las frutas como alimentos principales y las carnes sólo como acompañamiento, hacer puré con diferentes verduras, triturarlas y agregarlas en platos como, lasañas, canelones, rellenos de pastas, salsas, etc
– Preparar y cocinar juntos: puede ser divertido elegir y leer juntos las recetas, seleccionar los ingredientes, medirlos y observar cómo cambian durante la cocción, mezclar ingredientes, romper y batir huevos, pelar frutas y hortalizas, etc.
Todos pueden colaborar en la limpieza de la cocina después de finalizada la tarea.

Talleres de cocina con niños

Foto: Nan Doyle

Ya que por lo general el niño suele comer en el colegio, hay que centrarse en las cenas de los más pequeños y, en concreto, en los alimentos que más les cuestan incluir en su dieta a los niños: las verduras y el pescado. Lo más indicado es que la cena incluya un plato de verduras, tanto cruda en forma de ensalada como cocinada.

En caso de que al mediodía el niño haya comido pasta, arroz, legumbres, conviene ofrecerle bien una ensalada variada presentada de forma original con alimentos que le den color y la hagan más apetecible, o bien un plato de verduras cocinadas. Para que esta verdura resulte más atractiva, puede ser una buena idea cocinarla rellena, en forma de brochetas, salteada, con diferentes salsas ligeras, a la papillote, etc.
La incorporación de frutas y hortalizas y su consolidación como parte fundamental de la alimentación diaria de los niños no sólo es garantía de un aporte adecuado de vitaminas y minerales con reducido contenido energético en estas edades con gran demanda de estos nutrientes sino que, muy probablemente, constituye la mejor inversión para su salud en la edad adulta.

Foto: Dan OLeary

– Juguemos a combinar y mezclar con colores
Hay que ofrecerles verduras de temporada, que le gusten y que sean vistosas, combine colores, texturas, alimentos y sabores, y la receta será más apetitosa. Los niños comen aún más que los adultos, por los ojos. Empleando pequeñas cantidades de hortalizas picadas finamente o ralladas para mezclar y en distintas texturas como purés, salsas, espumas, gelatinas, etc., todas en figuras y formas diferentes que componen un collage divertido.

– Y de postre… ¡dulce tentación de verduras! Preparamos con ellos postres dulces con hortalizas y verduras. Algunos ejemplos: tarta de zanahoria, bocaditos de calabaza, guisantes recubiertos glasé, tomates cherry caramelizados, frambuesas recubiertas de chocolate….

– Divertidas brochetas vegetales

Distintas combinaciones realizadas por los niños y dispuestas en la brocheta que luego se van a comer. Con cada brocheta se puede jugar con diferentes formas de cocinado: a la plancha, al horno, frita, rebozada, etc.

Algunos ejemplos: brochetas de pollo o pescado con champiñones, pimiento verde y rojo, tomates cherry, calabacín mini, berenjena, etc.

– Lasañas y pastas rellenas con verduras Partidas en láminas o en trozos bien pequeños, rehogadas y mezcladas con la carne picada o el pescado desmenuzado, un sabor original, que permite que se vayan acostumbrando a nuevos sabores y texturas.

Algunos ejemplos: lasaña rellena con jamón york, setas y espárragos trigueros, lasaña de carne y pisto, canelones de espinacas y queso, etc.

– Bocadillos y mini pizzas caseras
El contenido de energía y nutrientes de los bocadillos y mini pizzas varía según sus ingredientes; carne, pescado, queso, vegetales, etc. En cualquier caso, las caseras y aquellas en las que se utilizan harinas integrales al menos parcialmente, son más recomendables ya que de esta forma conoceremos la “calidad” y la “cantidad” de los ingredientes y aseguramos un aporte de fibra.

Ingredientes como queso fresco suave, jamón o fiambres de ave, atún, sardinillas, además de diversas hortalizas o verduras tales como trocitos o ruedas pequeñas de cebolla morada y dulce, pimientos verdes, amarillos y rojos, champiñones, alcachofas, calabacín, berenjena, etc., conseguiremos una comida nutritiva y completa.

El pescado es uno de los alimentos que más problemas presenta a la hora de ser consumido por los más pequeños. Resulta útil ofrecerles piezas que no contengan espinas y cocinarlos de formas diferentes para que el niño no se aburra. Puede elaborarse con diferentes guarniciones de alimentos que den color al plato y, en algunas ocasiones, utilizarse como ingrediente de relleno en tortillas, empanadillas, croquetas, etc.

Es muy importante la formación para el canal de restauración y específicamente para aquellos catering de colegios y escuelas.

Esta premisa nos permite definir una serie de objetivos que serían interesantes en este caso:
– Uso de diversas técnicas culinarias y sin abuso de preparaciones con alto contenido en grasas como fritos, rebozados o empanados.
– Menús que aporten entre 525-700 Kcal y que se correspondan con el 35% de las calorías necesarias diarias totales para estas edades.
– Asegurar la frecuencia semanal de alimentos básicos como verduras, pescados, frutas, etc.
– De postre, sobre todo fruta fresca y lácteos sencillos.
Alimentos de temporada o estacionales.

Autores de “Vive sano: Hábitos de salud y nutrición desde la escuela”: Belén Castro Rodríguez, Jorge Martínez Fernández y Alfonso Perote Alejandre. ©Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara.

Para saber más

– Web Comedores saludables de la Consejería de Salud-SANCYD: Ofrece amplia información sobre cómo mantener unos hábitos de alimentación equilibrados, y criterios para valorar desde un punto de vista nutricional la adecuación de los menús que se ofrecen en los comedores colectivos.

– Greta y los vegefantásticos: Vegetales con superpoderes combaten la mala alimentación infantil en un cortometraje valenciano.

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