CULTURA

Pueblos con encanto: Por la Alpujarra oriental

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Nuestra ruta, esta vez, transcurre por la Alpujarra almeriense u oriental, en su límite con la granadina. Aunque conviene señalar que “La Alpujarra” ha sido históricamente una sola comarca, y su unidad paisajística y cultural es una realidad por encima de divisiones provinciales.

Entre ambas provincias, Granada y Almería, son 60 los municipios que por su especial atractivo, natural y cultural, están incluidos en el territorio protegido por el Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada.

Los cuatro municipios que visitaremos (si nuestro viaje lo hacemos de norte a sur, bajando desde el Puerto de la Ragua hacia la Alpujarra almeriense) son: Bayárcal, Paterna del Río, Laujar de Andarax y Fondón.

Bayárcal

Los 306 habitantes del pueblo más alto, 1.258 m, de la provincia de Almería, disfrutan -como sus cercanos vecinos de Paterna- de veranos de noches frescas y de un verde entorno forestal. Cosas ambas que sorprenden al viajero que se acerca mal informado al variado paisaje y clima almeriense.
Está Bayarcal encaramado sobre una ladera sur, orientación que se demuestra providencial en los fríos inviernos. El fuerte desnivel y las lluvias y nieves propician la aparición de barrancos y arroyos, como el de Los Helechales o el del Hielo, que forman el río Bayárcal, estando el pueblo situado en su margen izquierda.

Su ubicación geográfica ha jugado un importante papel en la historia de Bayárcal y la comarca, ya que el cercano Puerto de La Ragua es paso natural entre las laderas norte y sur de Sierra Nevada. Prueba de esta importancia es el antiguo castillo de Yniza, entre los términos de Paterna y Bayárcal, que controlaba el paso por el Puerto durante la Edad Media.

El pueblo tuvo su origen en una modesta aldea musulmana que en el siglo XVI se despobló hasta desaparecer, Harat Alburrica, hoy sólo una porción de la vega llamada Talburrica. Formaba parte de la islámica Tahá del Andarax. Huellas de este pasado se ven en el arco nazarí de la hoy ermita del cementerio (su orientación sigue la propia de las construcciones religiosas
musulmanas).

Merece también una parada la plaza de la iglesia, dedicada a San Fco. Javier, mirador natural hacia Sierra Nevada y el barranco del río Bayárcal. Construida en el siglo XVI, la iglesia fue destruida durante la guerra de rebelión de los moriscos, y reconstruida ya a fines del mismo siglo. Es de estilo mudéjar y destaca su imponente torre. Los azulejos que decoran el cuerpo de campanas son el único ejemplo conservado en la provincia de esta manifestación estética de herencia medieval.

Destacan también la Fuente del Barrio alto, y la Fuente Jiménez, con su antiguo lavadero situado bajo un puente morisco. Y de la importancia del agua en su historia dan también fe la gran Balsa Grande (de probable origen medieval) y los centenarios cuatro molinos: el de Las Terreras, Batán Alto y Batán Bajo, y el del Sacristán.

Paterna del Río

Está también situado a media ladera, aunque mira al este, y a sus pies corre el río Paterna. Es como Bayárcal un pueblo de altura (1.193 m) y de similar tamaño, tiene 448 habitantes. Incluye la cortijada de Guarros, río abajo, lugar que sólo en verano se anima y llega a contar con 100 vecinos. Es un hecho habitual en la comarca la vuelta estacional de antiguos vecinos que migraron, y en general de quienes saben apreciar la calidad de su vida estival.

Debido a su ubicación escalonada por la altura, durante la época musulmana, el lugar se organizó en cuatro grandes barrios: Alcudia, Harat Alguacil, Harat Ben Muza y Harat Albolot que conjuntamente recibían el nombre de “Las Paternas”. Contaba el lugar con castillo y cuatro mezquitas, una mayor, dos menores, y la situada en la alquería de Guarros, la Huerros musulmana.

Durante la segunda rebelión morisca, en febrero de 1569, tuvo lugar en Guarros la victoria del marqués de Mondéjar sobre 4.000 sublevados. Tras la derrota, el caudillo Abén-Humeya huyó a aterna, y, perseguido por las tropas reales, se internó en la sierra, dejando a su mujer, madre y hermanas, que fueron capturadas.

A la entrada de Paterna, si se llega desde Bayárcal, encontramos la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, de principios del siglo XVII. Como dato curioso se cita que el terremoto de 1804 fue el origen de la placeta que la rodea. El presbítero Juan Velázquez aprovechó para ello piedras de las ruinas de una casa cercana, “…y plantó ocho castaños”. Hoy es un lugar de agradable sombra para hacer una pausa en el camino.

La iglesia parroquial, de estructura mudéjar, es de las mejor conservadas de la Alpujarra. Fue construida entre 1541 y 1548 sobre la antigua mezquita mayor. Destacan también en Paterna las fuentes: Fuente de Arriba, F. de Rubio, y la del Castaño.

Y un breve paseo nos llevará hasta el Castaño de la Balsa Grande, enorme árbol de 11 m de perímetro y una altura 25 m.

Laujar de Andarax

Hemos descendido y el paisaje se abre en la vega del río Andarax, pero estamos aún a 920 m de altitud. Y Laujar está al pie de dos sierras, Sierra Nevada al norte y la Sierra de Gádor al sur, que nos separa del cercano Mediterráneo. Es el núcleo de mayor tamaño de nuestra ruta, cuenta con 1800 vecinos.

A sólo un kilómetro de Laujar, por la carretera a Alcolea, llegaremos al Centro de Visitantes. Se recomienda llamar antes por teléfono (950 513 548) y confirmar la visita.

Andaraj significa en árabe “Era de la Vida” en referencia a su fértil vega, sus manantiales y sus verdes montañas. Era la capital de la antigua Tahá de Andarax (Bayárcal, Paterna, Fondón…), por ello existió en Laujar una gran fortaleza o Alcazaba de la sólo quedan algunos restos.
Tras entregar Granada, Boabdil, su último rey, pasó a establecerse en ella. Fue pues Laujar la última capital del antiguo Reino musulmán de Granada. Y en la rebelión morisca, volvió a ser corte musulmana pues el caudillo Aben Humeya estableció aquí su casa real, donde sería asesinado por sus propios seguidores.

La iglesia de La Encarnación, construida antes de 1530, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura religiosa barroca en la provincia de Almería.
El llamativo edificio del Ayuntamiento es de estilo neoclásico. Finalizó su construcción en 1.792. El frontón es de construcción posterior, junto con el reloj, que se instaló en 1.902. Del siglo XVIII es la Casa del Vicario, típica casa señorial. Fue durante este siglo Laujar un importante centro textil, de seda y lana, contabilizándose gran cantidad de telares y molinos textiles (batanes). La explotación de las minas de plomo reforzó su papel en este siglo.

También el paseo por sus calles puede acercarnos a la sencilla casa natal del poeta Francisco Villaespesa Martín (1877-1936). Hoy casi olvidado, fue quien invitó a Juan Ramón Jiménez a ir a Madrid a “luchar por el Modernismo”.

Y muy cercano al municipio, en dirección norte, se encuentra el Área Recreativa “El Nacimiento”, cuyo nombre proviene del lugar donde se forma el Río Andarax. Este bello rincón es un lugar perfecto para el descanso o la comida al aire libre.

Fondón

El municipio de Fondón está integrado por las localidades de Fuente Victoria (237 habitantes), Fondón (682 hab.) y Benecid (72 hab.) Los iremos encontrando en nuestra ruta en este mismo orden.

Fuente Victoria

La localidad fue llamada Cobda durante la época musulmana y después El Presidio, llamada así por ser presidio para soldados.
En 1922 por acuerdo vecinal, no muy contentos de su gentilicio (presidiarios), adoptó el actual en honor de la reina Victoria. Sus casas se extienden hacia el sur, como con cierta desconfianza hacia el río Andarax: una riada histórica, en 1871, destruyó las casas más cercanas a él.

La llamada “Casa Grande” es una casa palacio construida en el siglo XVII por la familia Palomar, como su residencia. Se conoce la existencia, en la zona, de una antigua casa en la que habitó el rey Boabdil en su destierro. La leyenda adjudica a esta casa el papel de palacio del Rey Chico.
También se cuenta que tras la muerte de su mujer, Moraima, se construyó en su honor “La Fuente de la Reina”.

La Iglesia parroquial de la Encarnación es toda una mezcla de estilos: mudéjar, gótico, renacentista y barroco. Edificada en 1557, fue quemada durante la guerra de rebelión morisca y después reconstruida. En la fase final de esta guerra el victorioso D. Juan de Austria estableció en la localidad su plaza fuerte.

Fondón

La capital del municipio, se encuentra en la margen derecha del río Andarax, a 847 m. de altitud. El paisaje circundante es el monte bajo, con pinares de repoblación y algunos encinares. El río ha dotado al pueblo de una rica y verde vega surcada por acequias de escasa pendiente.

La antigua mezquita fue consagrada como iglesia parroquial en 1501 y dedicada a San Andrés, está declarada Bien de interés Cultural. Originalmente de estilo Mudéjar, fue también quemada durante la rebelión morisca. Se restaura a mediados del siglo XVIII.

El ayuntamiento es una casa palacio de grandes dimensiones, ejemplo de arquitectura castellana del siglo XVI. La casa cuenta, en su parte posterior con un interesante huerto-jardín. En fechas recientes fue donada por su propietaria al Ayuntamiento.

La Fuente de Carlos IV fué construida en 1.790, durante su reinado. Hasta ese año, los habitantes se abastecían de agua en 2 aljibes de época musulmana, situados a las afueras. Los cuales, según las crónicas, dejaban bastante que desear, en sus condiciones sanitarias e incluso, por su alejada localización, en cuanto “a la moral y buenas costumbres”…

Benecid

Accederemos a este pequeño núcleo cruzando desde Fondón el río Andarax.
Su situación de solana le confiere un clima local agradable en invierno y caluroso en verano. El paisaje agrario es el propio del altiplano del Alto Andarax, con cultivos aterrazados de secano y regadío.

Su Iglesia, de San Juan Bautista, está declarada Bien de Interés Cultural. Fue construida en el siglo XVI antes de la Guerra de las Alpujarras.
Destacan también sus fuentes: en la Fuente de Arriba, de 1846, su agua llega desde un cercano aljibe de época musulmana que llena un manantial y la Fuente de la plaza, construida en 1790.

NOTA: Es recomendable en fechas veraniegas salir temprano. O bien hacerlo ya a la caída de la tarde. Evite las horas centrales del día, el calor puede estropear todo el encanto de esta excursión. Sin embargo en las noches de verano el clima serrano permite disfrutar de frescas veladas.