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La lectura en verano

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Uno de los aspectos más importantes de su escolaridad que un niño debe mantener iniciadas las vacaciones de verano es la lectura. Leer puede ser tanto un fin como una herramienta fundamental en su desarrollo.

Este pequeño artículo va dirigido tanto para el infante que tenga adquirido el hábito de la lectura como para el que se resiste a ella aunque, es obvio, especialmente para este último. Tener en cuenta que la infancia está llena de cambios de comportamiento bruscos. En la medida en que se acerca a la preadolescencia puede ocurrir que muchas niñas y niños ávidos de lectura la abandonan de un día para otro si no cumple sus expectativas o no evoluciona con ellos.

Desgraciadamente, en mi criterio, los niños pequeños de antes y hablamos de escasamente una década, tenían un puente que eran los cómics más antiguamente llamados tebeos.

El comic era, y sigue siendo aunque con menor intensidad, un salto perfecto desde el dibujo a la letra, que ofrecía una amplia gama de contenidos adaptados a cada edad que podían acompañarlos a lo largo de su vida.

Una forma de aproximación puede ser tratar, sin forzar la situación, de encontrar y compartir aquellos tebeos, libros o personajes que a los padres les impactaron especialmente a su edad.

En cualquier caso, tanto si hablamos de un comic como de un libro, en la elección del más apropiado es muy importante tres aspectos: la forma, el contenido y el modo.

Respecto a LA FORMA, a edades tempranas, el vocabulario de la narración debe ser claro y entendible. En ocasiones en la Básica, incluso en la ESO, los educadores elijen libros de una retórica compleja y un vocabulario denso y poco habitual. Para un niño que le cuesta leer, encontrarse con esas barreras que hacen la lectura poco fluida puede implicar un alto riesgo de abandono aunque con ella se pretendan la adquisición de palabras y frases más eruditas. Por lo tanto es recomendable seleccionar autores especializados en niños y no forzar la lectura de libros de autores no especializados salvo excepciones que, en todo caso, deberán elegir los propios pequeños lectores.

Respecto al CONTENIDO, en ocasiones tendemos a recomendar libros que nos han gustado a los adultos sin darnos cuenta que lo que nos moviliza a nosotros no es, necesariamente, lo que les moviliza a ellos. Hay que buscar los temas que realmente les motiva a nivel particular tanto en la trama como en el contexto (animales, viajes, el mar, etc). La gama de libros infantiles es tan amplia que cada tema lo podemos desplegar en un amplio abanico de posibilidades. Incluso para los viajes en coche, existen cuentos que se pueden escuchar en audio. Una forma de aproximación puede ser tratar, sin forzar la situación, de encontrar y compartir aquellos tebeos, libros o personajes que a los padres les impactaron especialmente a su edad.

Por último, EL MODO. En vacaciones, todos, padres e hijos, están más relajados y pueden buscar un mayor nivel de complicidad. Si hiciéramos una encuesta, pocos niños no recordarían con emoción aquél día o días en los que sus progenitores se sentaban en la cama con ellos para leerles un cuento. En este caso, no imponga un horario. Que sea el propio niño quien decida cuándo acabar, marcando su propio ritmo.

Pero seamos creativos, no necesariamente debe ser un libro o un tebeo. Puede ser también una revista, un álbum de fotos o un periódico, buscando en todos los casos aquellos temas que más les interese o movilice.

Construir un tebeo o un álbum de fotos con comentarios, podría llegar a ser la culminación de una experiencia mucho mayor que despertase en su hijo la necesidad de ser no sólo espectador si no autor de su propia obra.